Puede que sea verdad, puede que sea la típica chica que deja sus cosas a medio hacer cuando se cansa, piensa que volverá a acabarlo, y le cuesta volver; la típica a la que le gustan las películas románticas, que le digan que la quieren pero no regala nada el 14 de febrero; esa a la que le gusta que sus amigas le cuenten los cotilleos de otra gente y los de ellas, y luego se da cuenta de que no tiene nada que contar; esa niña olvidadiza y despistada que se asombra por cualquier cosa y al rato se da cuenta de que eso ya lo sabía; pero lo que también sé y tengo seguro, es que soy esa clase de chica a la que no le cuesta arriesgar si tiene motivos suficientes.
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